La mayoría de las personas perdemos la vida detrás de nuestras propias conquistas, nos estresamos, nos angustiamos corriendo detrás de todo aquello que queremos para satisfacer nuestro ego. Viviendo una vida cada vez más intensa, más rápida, más vertiginosa.
Perdemos el aliento, la salud, las relaciones, por causa de las conquistas y cuando las conquistamos, aparecen nuevas conquistas. Vivimos inmersos en una rueda, como un hámster, sin darnos cuenta de que la estrategia que hemos adoptado como normal es un bucle sin salida.
Y así vamos perdiendo la vida, huyendo del presente, sin darnos cuenta de que la satisfacción verdadera, la Felicidad Plena procede del simple hecho de estar vivo. De que el verdadero regalo (“presente”) es aprender el Arte de Vivir.